Sin pureza esculca en sus propios prejuicios y tabúes
para finalmente osar embestir contra tus delicados pétalos
Detrás de esa y esas cruzadas pseudo-moralizantes la oprobiosa envidia
Esa que engulle todo lo hermoso para ocultar su hedor propio
Quizás no exista razón más allá del placer de la rosa por el rocío
Quizás detrás la defensa ante la cruel e insidiosa tempestad
Cual capullo floreciente nacerás cada mañana entre néctares y mieles
Para hundirte después en la noche penumbrosa y fría que te marchita
Deberás debatirte entre tu propia pureza y la podredumbre de un mundo hostil
Oh mística y eterna mundanidad que te nutre y te mata
Violenta como huracán de tropical naturaleza que nadie entiende
Más allá la verdad propia de su infinita humanidad
Más allá quizás el vástago o los ellos en su inocencia desgarradora
Tus pétalos reflejan tu pureza y las de ellos
Oh deliciosa flor encantada por el destello de su Luna
Infinitas serán tus batallas de brote interior y externa vivencia
Tantas y tantas castas de piel dejarán entrever el hollín de sus almas
Mientras tu pétalo maltrecho y fustigado hará cayos de infinita sutileza
Volará finalmente para brillar por sobre sus llagas y sus amarguras
Regálame una y otra y mil veces tu florecer y deja beber de el
Dame y nada me des, que solamente tu das sin poseer
Cuando estés allí en la penumbra no dejes oscurecer la tez, tu tez
Que un nuevo y radiante amanecer espera por tu eterno capullo
Y esa pureza infinita de pétalos de Luna habrá de renacer.
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